ABSOLUTO VS. RELATIVO – Corintios 4:18
No mirando nosotros las cosas que se ven, porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven, son eternas. 2 Corintios 4:18
Como seres humanos emocionales e imperfectos, corrompidos por el pecado y movidos de un lado a otro por nuestras emociones, constantemente nos encontramos entre nuestra verdad relativa y la verdad absoluta de Dios. Pues la realidad es que, en los momentos de tribulación, incertidumbre o angustia, lo último en que pensamos es que, de esa situación momentánea, de esa verdad relativa que estamos viviendo, Dios producirá en nosotros una gloria eterna.
Lo relativo siempre depende de algo o alguien para existir. No obstante, lo absoluto existe en sí mismo y de nada depende. Por lo tanto, no hay nada sobre la tierra absoluto.
Solo Dios lo es, lo ha sido desde siempre y lo será por los siglos.
Es momento ahora de dejar de mirar lo pasajero, y todo lo relativo que nos brinda el mundo, y empecemos a ver lo absoluto. Mirar aquello que no se ve a simple vista, pero que viene justo detrás de lo que se ve.
Lo cierto es que el carácter que se forja en nosotros, cuando atravesamos situaciones relativas, es más firme. Esas situaciones, a pesar de que son pasajeras, abaten nuestra alma. Sin embargo, la gran noticia es que cuando abrazamos a Dios producimos frutos eternos. Como la fe inquebrantable, que no se dobla ante ninguna adversidad.
La paz, de quienes logran que sus pensamientos permanezcan en Dios. Y la esperanza, que no avergüenza. Estos frutos solo los alcanzan quienes creen más allá de lo que pueden ver.
Recuerda: todo lo que se ve fue hecho de lo que no se ve, y las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. Dios ha puesto eternidad en tu corazón, así que no permitas que lo temporal, te robe el gozo de lo eterno. Más bien, usa lo temporal como un puente para llegar a lo eterno.
Dios te bendiga y te guarde en su infinito amor.
Por: Karla González