EXCUSAS – Joel 3:10

Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy. Joel 3:10

Pocas cosas hay tan fuertes como la voluntad de un ser humano decidido. Hay quienes logran muchas cosas con pocos recursos y otros que logran poco a pesar de poseer mucho. También hay quienes cuentan con poco y logran poco, y aquellos que saben aprovechar las muchas provisiones que poseen. Todos conocemos personas llenas de una voluntad férrea y personas llenas de justificaciones para sus derrotas. Ante Dios no hay excusas válidas. El Señor no tomará por inocente a quienes no cumplieron su deber, sin importar si contaban con poco o con mucho, la misión es hacer lo que se debe hacer.

El joven que no aprovechó el tiempo, el padre que no cumplió su rol, la madre que descuidó su llamado. El pastor que no guió su rebaño, el empleado que no trabajó con excelencia, el ministro que no desarrolló su ministerio, el hijo que no honró a sus padres. Falta de tiempo, falta de dinero, falta de conocimiento; no se aceptarán excusas, Dios no las escuchará. Recordemos la parábola de los talentos, a uno le dio más que a los demás, a otro muy poco, pero al sacar cuentas reclamó a todos con el mismo nivel de exigencia, y no aceptó pretextos al momento de reclamar lo que le correspondía.

Si pensaste que tenías la excusa perfecta ante Dios, déjala a un lado y pide perdón. Pon manos a la obra, disponte a cumplir el llamado que se te encomendó. Dios te dice (parafraseo): si no tienes espada agarra un azadón, si no cuentas con lanza toma una hoz. Apóyate en lo que se te ha dado, sea mucho o poco. Al final te bastará Su gracia, porque Su poder se perfecciona cuando nos sentimos débiles pero llenos de voluntad.  Y cuando pienses ser débil, di a voz alta, hasta que tu alma te escuche: ¡FUERTE SOY! Porque cuento con el Dios Omnipotente que me fortalece y me llena de poder.