DELANTE DEL CORDERO
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos: Apocalipsis 5.8
Un día cuando este mundo esté bajo el juicio de Dios, los ángeles y los redimidos se postrarán ante Cristo para alabarle y enaltecerlo sobre todo lo creado. Allí también estarán las oraciones de los justos, llenando aquel lugar de aroma. La cita anterior dice que son tan valiosas las oraciones de los hijos de Dios que serán puestas en copas de oro, ¿Te imaginas esto? Tus oraciones y las mías no solo están hoy ante la presencia de Dios, sino que permanecerán por siempre y serán usadas para aromatizar el estrado de Cristo.
Si por un momento pensaste que tus oraciones constantes, sinceras y santas no eran escuchadas por Dios, te tengo una noticia. No solo son escuchadas, sino que son atesoradas para el día del juicio.
Este versículo bíblico habla de incienso, nuestras oraciones serán el incienso que perfumará el trono de Dios. Pero para que el incienso pueda desprender el olor debe ser quemado, debe pasar por fuego. Si tus oraciones son el fruto de un gran proceso de pruebas tras pruebas, te felicito. Esas oraciones pasadas por fuego estarán ante Cristo con olor fragante y en copas de oro.
Ese oro que representa que pasaste la prueba y fuiste hallado puro.
Las arpas:
En esta cita significan alabanza, celebración. Que hermoso saber que aquellas oraciones que hiciste en los momentos más difíciles de tu vida serán presentadas ante el Señor en medio de alabanzas y fiesta. ¿Sabes por qué? Porque el Cordero habrá vencido y reinado, y tú habrás vencido y reinado junto con Él.
Lo cierto es que no todas las oraciones estarán ante el trono del Cordero.
El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad. Salmos 145:18
Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Santiago 1:6
Solo recibirá Dios con olor fragante aquellas oraciones que nazcan de un corazón puro, sincero y lleno de fe.
Para Cristo nunca serán agradables las oraciones producidas desde una vida que practique el pecado, desde una persona sin verdadero temor de Dios, ni desde unos labios que no le honren constantemente con su hablar. Pero sobre todo esto, Dios nunca recibirá con olor agradable aquellas oraciones carentes de fe.
Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz. Santiago 5:16
Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Santiago 4:2
Dios no concede peticiones desde nuestra ambición, vanidad, vanagloria, ni desde nuestros celos. Si nos miramos con honestidad son muchas las oraciones que hacemos desde nuestros deseos mundanos. Un mejor vehículo, una mejor casa, mayores ingresos económicos, mejores ropas. ¿Elegirías tú este tipo de peticiones para aromatizar el trono de Dios?
Todas estas oraciones lo que realmente confiesan es nuestra ingratitud, nuestra inconformidad con lo que Dios nos ha dado y nuestros niveles de envidia al compararnos unos con otros.
Busquemos de todo corazón que nuestras oraciones sean una de aquellas que perfumaran el trono de Dios en aquel día final.
Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones. Salmos 34:15