HAY SABOR EN TU VIDA

Cuando nuestra vida tiene un sabor dulce se verá claramente reflejado en nuestras palabras.

El sentido del gusto que experimentamos a través del paladar
nos transmite múltiples placeres.

Un chocolate caliente y cremoso, un helado ¿Quién no ha
rogado para que no se acabe aquel pastel en el plato?

Los sabores nos brindan un disfrute especial de la vida.
Lo mismo es cierto en el plano espiritual.

La Biblia nos llama a ser dulces en ocasiones y salados en otras, también hace mención de vidas amargas, así como de vidas insípidas.

Si fueras a representar tu vida, tu actitud, tu personalidad y
temperamento con un sabor, ¿Cuál sería?

Si le diéramos la oportunidad de opinión a tu pareja, hijos,
amigos, subordinados, superiores ¿Cuál sabor ellos elegirían
para caracterizarte?

¿Cuál es el sabor de tu vida?

Cuando nuestra vida tiene un sabor dulce se verá claramente
reflejado en nuestras palabras, lejos de griterías, contiendas,
enojos, lamentos, maldiciones.

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y
maledicencia, y toda malicia. Efesios 4:31